El siguiente artículo aborda la miositis, que es una enfermedad inflamatoria que afecta a los músculos. Existen diversos factores que provocan esta afección, como lesiones, infecciones, sobrecarga muscular o enfermedades autoinmunes. El texto se centra en las causas más comunes de la miositis, los síntomas que la acompañan y los tratamientos disponibles.

¿Qué es la miositis?
El texto trata de la miositis, una enfermedad inflamatoria que afecta a distintos tipos de músculos: esqueléticos, lisos y cardíacos. Esta enfermedad es bastante frecuente y puede tener muchas causas diferentes. Los síntomas de la miositis pueden afectar a un solo músculo o a un grupo de músculos. Puede ser crónica o aguda y provocar pérdida de movilidad y dolor.
Causas de la miositis
Hay muchas causas de miositis, y una de las más comunes es un traumatismo que provoque una lesión o daño en el músculo. Ejemplos de este tipo de lesión son un tirón muscular repentino durante un ejercicio intenso o un accidente de coche. Además de los traumatismos, las enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico, la enfermedad de Hashimoto o la dermatomiositis también pueden provocar inflamación muscular. Las infecciones víricas, bacterianas o fúngicas también pueden causar miositis. Además, los trastornos metabólicos, como la enfermedad de Addison, también afectan a las condiciones musculares.
Síntomas de la miositis

En el caso de la miositis, los síntomas pueden ser variados y dependen del origen de la enfermedad. A continuación se enumeran los síntomas más comunes de esta afección:
- Dolor miofascial: es el síntoma más común de la miositis, que puede presentarse en distintos grados de intensidad y localización. A menudo el dolor se exacerba durante el movimiento o la tensión muscular.
- Hinchazón y enrojecimiento de los músculos: los cambios inflamatorios en los músculos pueden provocar hinchazón y enrojecimiento, lo que se asocia a un aumento del flujo sanguíneo en la zona.
- Debilidad muscular – la inflamación muscular puede provocar un debilitamiento de la fuerza muscular, lo que afecta al funcionamiento diario, como levantar objetos pesados o levantarse de una silla.
- Rigidez muscular – los cambios inflamatorios en los músculos pueden provocar rigidez muscular, lo que afecta a la dificultad de movimiento y al dolor.
- Fiebre – en algunos casos, la miositis puede ir acompañada de fiebre, que se debe a una reacción inflamatoria del organismo.
- Fatiga – las personas con miositis suelen experimentar fatiga general y debilidad, que pueden deberse a una enfermedad o a la falta de sueño a causa del dolor.
- Dificultad para moverse – las personas con miositis pueden tener dificultad para moverse, especialmente si están afectados los músculos de las extremidades inferiores o los músculos que controlan el movimiento del cuerpo.
Si se presentan los síntomas descritos, debe consultarse a un médico para que haga un diagnóstico y recomiende el tratamiento adecuado.
Tipos de miositis
Miositis crónica
La miositis crónica es una afección inflamatoria que persiste durante un largo periodo de tiempo y puede dañar lentamente los músculos. Una enfermedad autoinmune, como la dermatomiositis o el lupus eritematoso sistémico, es la causa más frecuente de esta afección. La debilidad muscular, la rigidez, la dificultad para moverse y la disminución del rendimiento físico son posibles consecuencias de la miositis crónica.
Miositis reumatoide
Una enfermedad autoinmune que daña y debilita los músculos es la miositis reumatoide. Esta enfermedad se caracteriza por dolor muscular, rigidez y dificultad de movimiento. Suele afectar a los músculos esqueléticos y los síntomas aparecen gradualmente y empeoran con el tiempo.
Miositis vírica
La enfermedad muscular inflamatoria debida a virus se denomina miositis vírica. Los virus que pueden ser responsables de esta enfermedad incluyen los virus de la gripe, el virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus, el virus de la hepatitis C, el VIH y otros.
La miositis vírica causa dolor, debilidad, rigidez y a veces hinchazón de los músculos, especialmente los del cuello, los hombros, los brazos, los muslos y las pantorrillas. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en adultos que en niños.
El tratamiento de la miositis vírica depende de la causa de la enfermedad. En algunos casos los síntomas pueden resolverse por sí solos, pero en otras situaciones puede ser necesaria medicación antiinflamatoria y antivírica. En los casos más graves, los pacientes pueden requerir hospitalización y cuidados intensivos.
Inflamación del músculo liso
La inflamación del músculo liso es una enfermedad inflamatoria que afecta a los músculos lisos del tubo digestivo, las vías biliares, el tracto urinario y los vasos sanguíneos. Suele estar asociada a enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico o la enfermedad de Crohn.
Las personas con inflamación del músculo liso experimentan dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, dificultad para orinar, dolor de espalda o pélvico y otros síntomas asociados a enfermedades autoinmunes, como erupciones cutáneas o dolor articular.
El tratamiento de la miositis depende de la causa de la enfermedad y puede incluir el uso de antiinflamatorios, corticosteroides o inmunosupresores. En los casos en que la enfermedad provoca complicaciones graves, como obstrucción intestinal o daño renal, puede ser necesario el tratamiento hospitalario y la intervención quirúrgica.
Miositis y artritis: ¿cómo ayudarse?
El tratamiento de la miositis y la artritis es complejo y requiere un enfoque polifacético. A continuación se indican algunas formas que pueden ayudar a aliviar los síntomas:
- Consultar a un especialista en enfermedades reumáticas u ortopédicas para que diagnostique la afección y recomiende el tratamiento adecuado.
- Utilizar los medicamentos prescritos por el médico, como antiinflamatorios, analgésicos, corticosteroides, inmunosupresores u otros.
- Elija un fisioterapeuta adecuado a su tipo de enfermedad y afección para que le ayude a aliviar el dolor muscular y articular, mejorar la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos mediante ejercicios de fisioterapia y masajes.
- Siga una dieta adecuada, rica en fruta, verdura, frutos secos, semillas, pescado y carne magra, para reducir la inflamación del organismo. Evite los alimentos grasos, fritos, azucarados y procesados.
- Consulte a su médico antes de tomar suplementos dietéticos como vitamina D, vitamina C, ácidos grasos omega-3, glucosamina y condroitina, que pueden ayudar a aliviar los síntomas.
- Practique regularmente actividades físicas como caminar, montar en bicicleta, nadar o hacer gimnasia para mantener la movilidad de las articulaciones y fortalecer los músculos. Evite sobrecargar las articulaciones y los músculos.
- Adopte una postura correcta al sentarse, levantarse o levantar objetos para evitar sobrecargar las articulaciones y los músculos.
- Deje que su cuerpo descanse y se recupere, y evite el agotamiento, el estrés y el esfuerzo físico excesivo.
¿Cómo tratar la miositis?
La prevención y el tratamiento de la miositis pueden requerir cambios en el estilo de vida, tratamiento farmacológico o fisioterapia.
Analgésicos y antiinflamatorios
El tratamiento farmacológico se basa en el uso de medicamentos antiinflamatorios, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o los corticosteroides, para ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. Tenga en cuenta que estos medicamentos sólo deben utilizarse según prescripción médica.
Fisioterapia y rehabilitación
Los tratamientos de fisioterapia incluyen diversos métodos, como ejercicios y masajes, que ayudan a fortalecer y renovar los músculos y a mejorar su amplitud de movimiento. Además, también pueden incluir el uso de métodos físicos como los ultrasonidos o la electroestimulación muscular.
Modificaciones del estilo de vida
Las modificaciones del estilo de vida incluyen evitar la tensión muscular y el esfuerzo físico excesivo, hacer ejercicio con regularidad para fortalecer los músculos y seguir una dieta rica en nutrientes y vitaminas para ayudar a la recuperación muscular. Un sueño adecuado y evitar las situaciones estresantes también pueden resultar beneficiosos en el tratamiento de la miositis.